Hilos tensores
Desde 350€
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Uno de los síntomas más evidentes del envejecimiento es la perdida de elasticidad en la piel, a causa de la destrucción del colágeno y la elastina del tejido epidérmico. Esto sucede en flaccidez facial y en la aparición de arrugas y líneas de expresión, un proceso que irá acentuándose con los años. Afortunadamente, la medicina estética ofrece numerosas soluciones de rejuvenecimiento facial eficaces, seguras y mínimamente invasivas, lo que las convierte en una buena alternativa a las intervenciones.
Los hilos tensores son filamentos de grosor de un cabello y fabricados con materiales biocompatibles. El más habitual es la polidioxanona (PDO), un material reabsorbible, antialérgico y muy utilizado en las suturas de cirugía cardiaca. Además de estar cada vez más presente en los centros de medicina estética, ya que son totalmente seguros y permiten efectuar retoques tras su aplicación.
Según su morfología y composición, podemos hablar de tres tipos:
Los hilos tensores ayudan a tensar y recolocar la piel que se ha descolgado por la edad. De ese modo, proporciona a la dermis una mayor firmeza y tersura, elevando los tejidos faciales. Por su efectividad, es uno de los tratamientos anti-edad más demandados.
Ahora bien: la acción de los hilos tensores va más allá, ya que también trabaja a nivel subcutáneo. En este sentido, hay que tener en cuenta que la polidioxidona estimula la producción natural de elastina y colágeno alrededor de las hebras insertadas. El resultado es un lifting facial sin cirugía y con lo que se logra disminuir la flaccidez y recuperar firmeza y elasticidad de la piel. Estará mucho más suave y luminosa, visiblemente rejuvenecida.
Esto es posible debido a que el sistema inmunológico reconoce los filamentos como un cuerpo extraño, por lo que intenta proteger el organismo mediante su eliminación. Para ello, se produce una reacción inflamatoria no toxica e inofensiva, lo que propicia la formación de colágeno y la estimulación del riego sanguíneo.
Al tratarse de un procedimiento realizado con materiales que no producen alergias y sin apenas contraindicaciones, los hilos tensores son compatibles con otros tratamientos de medicina estética, como la radiofrecuencia. Esta última técnica consiste en la aplicación de ondas electromagnéticas para favorecer la producción de elastina y colágeno y, en definitiva, contribuir al rejuvenecimiento facial.
El tratamiento con hilos tensores está especialmente recomendado para hombres y mujeres que deseen revertir los primeros signos de edad de la piel, como las arrugas o los surcos demasiado profundos. Hay que señalar que esta técnica no es aconsejable para pieles maduras, con una flaccidez excesiva o arrugas muy pronunciadas.
Los hilos tensores son introducidos a nivel dérmico con la ayuda de una aguja muy fina tras colocar el hilo, se retira la aguja, dejándolo colocado en la posición deseada. El numero de hebras que se introducen dependerá de la extensión de la zona en la que se desee intervenir. No obstante, en el caso de los tratamientos faciales, la cantidad más habitual acostumbra a oscilar entre los 6 y los 15 hilos.
Los hilos no necesitan ningún tipo de anclaje ni sutura, lo que hace que el proceso sea rápido y sencillo. De hecho, las sesiones se llevan a cabo sin anestesia. el proceso tiene una duración entre 20 – 30 minutos, el proceso es indoloro y no precisa hospitalización. En el caso de los tratamientos corporales, que abarcan áreas más amplias, es posible que el doctor decida repetir el proceso en más de una sesión.
Tras su finalización, y solo en algunos casos, puede aparecer una inflamación leve en la zona tratada y pequeños hematomas, que desaparecen a la semana. Es necesario tomar la medicación prescrita y aplicar frio para disminuir el riesgo de inflamación. También hay que evitar limpiar, rascar o tocar la parte en la que se han colocado los hilos durante las 12 horas posteriores y no exponerse al sol en los primeros días. Asimismo, se aconseja no hacer deporte a lo largo del primer mes.
Si bien los primeros efectos son visibles al cabo de una hora, el resultado óptimo se consigue tres meses después de la implantación de los hilos mágicos. A pesar de que el organismo los reabsorbe en un plazo de seis a ocho meses, su efecto reafirmante se mantendrá durante un año o año y medio.
Primero, el médico va a marcar con un rotulador por donde va a ir el hilo. Se inserta una aguja fina con el hilo con una entrada y salida. Una vez aplicado el medico aplica cierta presión para recolocar la piel y con ello logra una tensión inmediata.
No hay límite de hilos que se aplican siempre que sigan las directrices que indica el laboratorio. Aunque en general, el tratamiento suele ser de cuatro hilos en una sesión, dos por lado.
El tiempo promedio es de 30 minutos.
No duele absolutamente nada. El doctor aplicará anestesia local antes de insertarlos.
Se pueden aplicar en varias zonas:
La recuperación es inmediata, el primer día quizás notas una ligera inflamación pero solo es perceptible por la misma persona. Se ven los dos puntitos por donde ha entrado y salido la aguja. No suelen aparecer morados, aunque si alguno apareciera no es para nada peligroso ni afectaría al resultado.
A la semana, el implante está ya perfectamente situado. Algunas precauciones que deberíamos tener cuando acabamos de aplicar los hilos son:
Antes de realizar el tratamiento deberíamos saber si tenemos alergia al material. Aunque es un material totalmente biodisponible y no suele crear ningún tipo de alergia.
No es habitual el rechazo, solo en el caso de que fuéramos alérgicos a la sustancia, no suelen provocar rechazo ya que, se aplican en la grasa de la piel, así se evita el encapsulamiento de estos.
El único efecto al principio es una ligera inflamación y rojez, por el mero trauma de la aplicación.